Hoy, en el blog de Lelivro han publicado un artículo donde, Raquel Sánchez, explica como se adentró en el mundo de la literatura, los motivos que la impulsaron a escribir y otra serie de secretos interesantes que nos desvela a lo largo de su escrito.
PENSAMIENTOS LOCOS
Eso es a lo que me enfrento cada día cuando tengo un folio en blanco delante.
Las palabras se agolpan, quieren salir solas, pegarse al papel para
hilar historias que hagan volar la imaginación de quien lo lea.
Raquel Sánchez García |
No sé muy bien porque me he convertido en escritora, si es que puedo atribuirme ese nombre ya.
Es raro ¿verdad? La mayoría tiene claro a lo que se dedica, en cuanto
les preguntas, y sabe, con total seguridad, cuales son sus orígenes.
Yo ya nací así, creo. Así que, posiblemente, viniera con el chip
puesto ya de fábrica y se haya activado a la edad justa, en el momento
preciso.
Todo comenzó hace años. Lo cierto es que, desde mi más tierna
infancia he soñado despierta, imaginando una realidad paralela a la
nuestra, hasta que, allá por el año 2007, lo que hasta entonces era una mera afición, se llegó a convertir en mi gran pasión.
Mis comienzos son muy parecidos a muchos de los compañeros de
profesión que me voy encontrando por el camino, con lo que no voy a
contar nada nuevo que no se sepa ya.
Abrir un blog, en una tarde en la que acababa de llegar de hacer una
excursión por Madrid, tuvo la culpa de que se despertara en mí el
gusanillo que haría introducirme en este mundillo de la literatura.
Empecé por contar mis propias impresiones sobre los sitios que
visitaba. Llegó un momento que eso me aburría, así que intenté dar un
giro a todo aquello y comencé a escribir relatos. Breves historias que
introdujeran una pequeña descripción del lugar en el que había estado
ese día. De ese modo, conseguiría llamar la atención de la gente e
impulsarles a ir a comprobar si lo que contaba era cierto.
Aquello no era suficiente, me olvidé del turismo y me embarqué
directamente en lo que realmente había descubierto: me gustaba inventar y
hacer soñar a través de mis letras.
No me lo pensé dos veces.
Tenía muchas ideas, mis pensamientos se habían vuelto locos. Mi
ordenador echaba humo. Abría un documento, plasmaba una idea, lo
guardaba, abría otro y otro más… Cada día una invención nueva, ¡hay que
contarlas todas!, tienen que salir de mi cabeza. Al final, ya creo que
he perdido la cuenta, entre relatos cortos y novelas empezadas, que aún
están a medias, no sé ni cuantas tengo.
Por fin, un día, terminé una. La entregué a varias personas,
conocidos para no variar, para que la leyeran, me criticaran, me
crujieran o me alabaran, sin ningún tipo de compromiso ni pudor por su
parte. Esperaba opiniones sinceras, sin tapujos, sin pelos en la lengua.
A unos les gustó, a otros no. Aún así, todos ellos me apoyaron, me
animaron y me dieron el impulso suficiente para auto-publicar mi primera
obra, la que terminó titulándose “Abrazando el Olvido”.
De todo eso han pasado más de dos años.
Mi niña, como yo la suelo llamar, se ha hecho mayor, ha volado sola.
Ha conseguido llegar muy lejos (Canada, Tokyo, Argentina, México,
Italia, España, por supuesto…). Estoy segura que seguirá avanzando, no
sólo ella, sino el resto de manuscritos que la seguirán, porque a pesar
de que quizá esta no sea mi opera prima y aquella que algún día llame a
las puertas de una editorial y la acojan en su seno, habrá otras,
aquellas que harán que poco a poco el nombre de Raquel Sánchez García, o
“Relatos Jamás Contados” como me conocen en las redes sociales, se abra
un hueco en las estanterías de comercios y hogares, ayudaran a que se
vaya fraguando el género al que mi persona, con mis manos y mis ideas,
se adapte mejor y haga vibrar a la gente cuando me lea y quiera y me
pida más.
Escribir no es mi profesión, me encantaría poder dedicarme a ella de
lleno pero, tengo que ser realista. Esto no es lo que me permite comer
todos los días, el pagar los recibos, la letra del piso y los pequeños
caprichos que me doy para disfrutar de la vida un poco. Quizá algún día
me tope con mi hada madrina, esa que sé que está por ahí perdida
buscando el camino que la conduzca hacía mí pero, por ahora, mi sueño ya
se ha cumplido.
Escribo porque me gusta. No busco la fama, esa, si tiene que llegar,
llegará sola cuando tenga que hacerlo. Paso a paso voy siendo conocida y
mis escritos son leídos, criticados y apreciados, con eso, para mí, ya
es suficiente.
Para bien o para mal, esto es lo que a mi me llena, me hace feliz,
disfruto con lo que hago y continuaré con ello hasta que llegue el día
que me canse, aunque dudo mucho que eso pueda llegar a ocurrir porque
escribir es mi vida y mientras exista una persona a la que mis letras le
entretengan, pondré todo mi empeño en intentar convertirme, a través
del papel, en un complemento de su felicidad.
Booktrailer de Abrazando el Olvido
Fuente: Lelivro