En este mundo en el que hoy vivimos, no es raro pensar que los actos de solidaridad se han esfumado o cada vez son más escasos.
Esta entrada, post, comentario o como lo queráis llamar, debí haberla escrito hace semanas pero, no ha sido hasta hoy cuando he tenido la oportunidad de poder plasmar unas letras y contaros a todos vosotros, que aún existen personas generosas.
A finales del año pasado (noviembre o diciembre de 2012) Sara Díaz, miembro del Club de Facebook "Algo Más Que Lecturas" al que sabéis de sobra que yo también pertenezco, hizo una propuesta pública.
Sara está realizando sus prácticas en un geriatrico. Su labor es cuidar y atender las necesidades de los mayores que se encuentran residiendo allí pero, no contenta sólo con el trabajo que la corresponde hacer, a veces se pone más tareas a sí misma.Una de ellas es leer cuentos a las personas que tiene a su cargo. Sus anciamos, como ella los llama, se lo agradecen con gestos que para algunos podrían parecer ínfimos pero que, para ella, significan el poner más empeño cada día en el trabajo que hace y sentirse recompensada. Una sonrisa, una caricia, una mirada de esos "viejitos" hacia su persona, lo dice todo. Poco a poco se ha ganado su cariño.