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Blog oficial de la escritora Raquel Sánchez García
"Escribir es mi vida y mientras exista una persona a la que mis letras le entretengan, pondré todo mi empeño en intentar convertirme, a través del papel, en un complemento de su felicidad" (Raquel Sánchez García)

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Obras publicadas de Raquel Sánchez García

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miércoles, 22 de abril de 2009

Incognitas

- Pero ¿tú qué haces aquí? ¿Cómo te has enterado? – preguntó Raúl al salir de la habitación.
- Y tú, ¿qué hacías ahí dentro? ¿No me están diciendo que sólo puede entrar la familia? Tú no eres familiar suyo, que yo sepa. 
- Cierto, no soy un familiar pero soy una persona autorizada, al igual que Paula, los dos que la hemos estado acompañando bajo autorización médica hasta que han podido llegar sus parientes – respondía Raúl un tanto agresivo – Pero sigues sin responderme, tú ¿qué haces aquí? 
- La llamé a su móvil y no respondía, por lo que, como tuve que viajar a Madrid, me acerqué a vuestra empresa, y allí me encontré con una chica nueva en recepción, que al preguntar por Paula y Alicia, me contó lo ocurrido – alegó Máximo. 
- Chicos, creo que deberíamos dejar que el doctor entrara a verla e irnos a otra parte a hablar de todo esto. No creo que sea el sitio adecuado para estar hablando, molestamos al resto de pacientes y a la propia Alicia – sugirió Toni. 
- Tiene razón este muchacho, si son tan amables, vayan a la sala de espera, en cuanto termine iré a hablar con ustedes – sugirió el doctor. 

Los tres hombres pidieron disculpas y se marcharon. En la sala, el resto de compañeros y amigos de Alicia, contaron los demás detalles a Máximo de todo lo que había sucedido. Al salir, el médico les dio un diagnóstico favorable acerca de la evolución de la chica y les aconsejó a todos que se fueran a casa, esa noche se quedaría al cuidado una enfermera por si había una recaída y era mejor que no estuviera nadie con ella aparte del personal sanitario, podría ponerse nerviosa y volver al estado de shock que la había tenido así esos últimos días. 

- Mañana, quizás, si su estado se lo permite, pueda recibir visitas, hoy es mejor que la dejen tranquila – les aconsejó el médico. 
* 
Raúl y Toni fueron a reunirse con el resto en la sala de espera, Máximo, en cambio, se dirigió al ascensor, acababan de montar un espectáculo grotesco, no quería darle esa imagen a Alicia, él siempre había sido educado, esa mujer le gustaba demasiado, tenía algo que le atraía, quién se habría atrevido a ponerle una mano encima, tenía que averiguar quién era ese Sergio. 

* 
- ¿Quieres que te acompañe a casa? – se ofreció Toni. 
- No hace falta si no quieres – dijo Paula – ya sabes que no vivo muy lejos, puedo coger el autobús
- No me importa, Raúl va a llevar a Javier, así no vamos ninguno solo, recordamos viejos tiempos, además tengo el coche aparcado cerca de tu puerta, de todos modos, tengo que ir hasta allí. 
- Entonces, si es así, vamos. 
* 
Paula vivía cerca de la Plaza de Colón y había un buen paseo desde el hospital hasta su casa. Ninguno de los hombres allí presentes la hubieran dejado regresar sola. Estaba anocheciendo y aunque no corriera peligro, como buenos caballeros que eran, alguno se hubiera ofrecido a llevarla. Por el camino Toni y Paula iban rememorando viejas anécdotas. 

- ¡Como pasan los años!, aún me acuerdo de aquella noche que salimos de fiesta y, como era verano ya, en vez de encerrarnos en los típicos pubs, nos colamos en el Retiro antes de que cerraran. Luego no podíamos salir, así que pasamos allí la noche sin que los vigilantes nos descubrieran. ¿Te acuerdas de la bronca que le echaron sus padres, al día siguiente, a Marga? – decía Paula. 

- Ja, ja, ja. ja, sí, aún oigo la voz de su padre diciendo “Que sea la última vez que no avisas si no vas a venir”, creo que la castigaron por dos semanas sin salir con nosotros, bueno ni con nadie, iba de casa al instituto y del instituto a casa. Éramos más jóvenes y hacíamos muchas locuras. 

* 

Tan, tan, tan, tan, tan... Oía repicar Mario las campanas de la iglesia mientras caminaba atravesando los Jardines del Descubrimiento. Venía del antiguo taller de Don Juan Pascual de Mena, donde hacía ya años, había trabajado incansablemente esculpiendo figuras Benito, uno de sus tatarabuelos, él había tomado el testigo de sus antepasados y siguió con la tradición de antaño, si no ¿quién realizaría las figuras de las nuevas esculturas de fuentes y jardines? Según se iba acercando a la Plaza de Colón, con aquellos monumentos conmemorando la figura del Descubridor y el país que se divisó, se quedó mirando fijamente a una pareja de jóvenes que iban en su mismo recorrido. 

- ¡Qué bonita pareja hacen! Que juventud despiden. ¡Como me gustaría volver a ser joven de nuevo! 


- ¿Nos sentamos un rato?, no me apetece volver a casa todavía, aunque puede que tú estés cansada de haber estado estos días en el hospital. Te has portado como una verdadera amiga con Alicia, ofrecerte así, sin conocerla apenas, a cuidar de ella no lo haría cualquiera – alabó Toni a la muchacha. 

- No te preocupes, te lo iba a sugerir yo, tenía ganas de tomar un poco el aire y creo que ninguno tenemos prisa por volver, no hay nadie esperándonos, bueno a ti sí, estará Raúl en casa pero no creo que le importe o ¿has quedado con Sara? Por cierto, ¿entre Alicia y Raúl hay algo?, he observado como se miraban en el cumpleaños de Pablo y, la actitud que ha tenido estos días con ella – preguntaba curiosa Paula. 

- Pues no, no he quedado con Sara. Entre Raúl y Alicia no existe nada, aunque yo también estoy empezando a sospechar que ambos querrían mucho más. Raúl se comporta de forma extraña cuando alguien halaga a Alicia, yo creo que está celoso, si no me confundo, me parece que se está enamorando de ella y, o no quiere reconocerlo, o tiene miedo por lo que le pasó con Cristina. 
- Estos días no me ha dejado que me quedara ni una noche, ni a mí ni a sus padres, y por el día, tampoco se apartaba de ella. Los padres de Alicia le mandaban a descansar pero él no quería, se echaba en un sillón de la sala de espera y se dormía un rato. Es más, cuando nos llamó la policía para informarnos de lo que la había pasado, su cara de preocupación y su forma de actuar no eran las de un simple amigo – apuntó Paula. /div>
- Entonces no me cabe duda de que se ha enamorado. Ya te digo que creo que tiene miedo, está confundido y, quizás le asuste empezar una relación, aunque creo que, en esta ocasión, funcionaría. Los hombres, a veces, estamos ciegos y no vemos lo que tenemos delante – explicó Toni. 
- Tenemos, entonces, la oportunidad de ayudarles, si vemos que Alicia tiene algún tipo de comportamiento que nos hiciera sospechar que pudiera sentir lo mismo que Raúl, pues debemos intentar darles un empujón. A veces, es necesario que nos lo den ¿verdad? – insinuó Paula. 
- Eso parece una autentica indirecta ¿lo del empujón lo dices por alguien en concreto? Lo de poner de nuestra parte para que se unan, si ambos sienten lo mismo, no me parece mala idea. 
- Habrá que ponerse manos a la obra y procurar fijarnos en los detalles, para no dejar que este par de dos dejen pasar delante suyo, puede que, la oportunidad de su vida para ser felices. ¿Qué tal estás con Sara “La Taquillera”? Lo de la indirecta va por ti – respondió Paula con una sonrisa picara. 
- ¿Por mí?, ¿por qué?, ¿quién me tendría que haber dado un empujón a mí?, ¿de qué me hablas? – preguntaba asombrado Toni – Con Sara..., bueno..., eso es parte del pasado. 
- Será mejor que nos marchemos, sino, al final, acabaré contando algo que no deba. 
- Y..., ¿me vas a dejar así?, ¿sin saber a qué te refieres? 
- Sí... Otro día, a lo mejor, te lo cuento, pero hoy, no. 

Toni acompañó a Paula hasta su casa, su coche estaba a pocos metros del portal donde ella vivía. Por el camino, intentaba una y otra vez sonsacar a la muchacha a qué se refería con su conversación de antes, pero ella no hacía más que hacerse la desentendida. Paula siempre había tenido esa virtud de dejarle con la intriga cuando quería saber algo, se conocían desde pequeños, habían sido amigos desde la infancia y esta vez parecía que no iba a ser distinto y se iba a volver a quedar con la duda.


Autora: Raquel Sánchez García

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