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Obras publicadas de Raquel Sánchez García

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miércoles, 23 de julio de 2014

Blanca Miosi y su Mundo

Algunas veces he oído hablar de envidias, competencia, otras de empatía, generosidad, colaboración mutua, todo ello enmarcado en el mundo literario.

Afortunadamente, en estos pocos años en los que llevo metida, más a fondo, en este mundo de la literatura, me he encontrado más con lo segundo que con lo primero.

Si hay alguien que lleve por delante siempre su compromiso por los demás, incluso a veces, anteponiendo el interés general por encima del suyo propio, entonces tenemos que hablar de Blanca Miosi. 

Una escritora peruana que, en muchos casos, por su forma de ser o actuar abiertamente y sin tapujos, se ha ganado enemistades y discusiones pero que, por otro lado, también ha ganado muchos amigos por su desinterés, ayuda y trabajo conjunto.

Dejando de lado las posibles controversias y apoyos que la persona de Blanca Miosi genere o no, hoy vengo a mostraros un escrito realizado por Blanca con gran ingenio, en el que habla de muchos de sus compañeros escritores, entre los que yo me encuentro incluida:

<<Blanca Miosi
20 de julio de 2014
Aquí unas cuantas líneas para mis queridos amigos escritores, no etiqueto a nadie porque serían demasiados, espero no haber excluido a nadie:
Los escritores tenemos la imaginación desbordada, eso ya se sabe. 
Para poder vivir tranquilos debemos escribir, de lo contrario moriríamos de un infarto cerebral, o una congestión de letras. Y escribimos todo lo que se nos cruza por la mente, algunos van “Al reino del cielo”, como es el caso de Mario Escobar, otros lo hacen “Desde el infierno”, como Enrique Laso. Y por si fuera poco, hay un escritor, Enrique Ríos Ferrer que se atrevió a hacer “El juicio de Dios”, por si quedaban dudas, o Adelfa Martin que no necesita enjuiciar y de golpe acusa a “El cura que costó un papado”, pero Jordi Díez, un poco más ecuánime, publicó “El péndulo de Dios”, porque según él a las cosas hay que dejarlas que vayan a su aire, pero Luis Hernán Burrezo no lo pensó dos veces y escribió “El evangelio del traidor”, porque a alguien había que endilgarle la responsabilidad. Y ya que estamos en historia Francisco Gijón dejó de lado su enciclopedia histórica para lanzarnos “Morituri”, sangre, sexo y crueldad y, por supuesto, historia, en la que él es un hacha, y para variar un poco y suavizar la lectura, Pablo Burkett publicó “Los ojos de la divinidad”, seguido por Alejandro Cano Rubio con la doble moral de “El último eremita” y entonces Flavio Pimienta a quien le gusta la historia azteca trajo a colación “El códice de la piedra del Sol”.
Pero también tenemos a otros como Josep Capsir que andan en busca de una “Herencia de Jerusalén”, secundados por quienes desean rescatar la verdad que se encuentra en “El pozo de Harod”, resguardada por Eduardo Perellón, mientras Javier Valverde dice que la encontrarán en “La leyenda del bosque que nunca existió”. Válgame. Sylvia Martin en cambio nos explica “Cómo intentan ellos ligar en un chat”, y Esteban Díaz nos hace ver “La oscura realidad” porque dice que es un contador de historias, mientras que Moisés Morán Vega, en un “CHAT” diferente, nos muestra muertos a diestro y siniestro, pero eso no es nada en comparación de los miles de cuerpos resecados al sol que dejó esparcidos en Marruecos “El morisco de Annual” de JJ Gómez-Chosli, al igual que las novelas de Javier Haro en las que la muerte nunca falta, sobre todo en “El amigo de Bárbara”, una historia que me dejó varias noches insomne. Y ya que hablamos de miedo, no puedo dejar de mencionar a Enrique Vélez y su “A mi lado el miedo”, en donde cuenta sus aventuras como piloto, para que no se nos olvide que nuestras vidas depende de personas como él.
Luego vienen las románticas de siempre, que todo lo ven color de rosa como Lury Marguid que no conforme con incitarnos a que leamos su saga “Los Horton” ahora también la tenemos en inglés, o Isabel Keats que trata de convencernos de que ella y un amigo son “Algo más que vecinos”, mientras Jonaira Campagnulo como buena venezolana nos anima con “Al son que me tocas”, y Kristel Ralston las aupa desde México diciendo que solo es “Un capricho del destino”. De Colombia llega Isabel Cristina Acuña con “De vuelta a tu amor”, en donde mezcla sexo, pasión, drogas… Pero ahí no queda todo, la temperatura empieza a subir con la cubana Vivian Stusser y su candente “Bisexual”, que para quienes no la hayan leído les servirá de preparación para que vean lo que les espera con “La piel del pecado” de Francis Molehorn, y como los varones no podían ser menos, también tenemos escritores románticos como José Luis Palma con “El divorcio de Adán y Eva” y unas escenas eróticas que se remontan a los personajes bíblicos para que no digan. Para que todos queden conformes, Helena Moran Hayes propone “Café y martinis”. En vista de eso, Dante Romero se apuró en sacar “El amor del capitán Stanek”, no sea que quedara rezagado en cuestiones amorosas, al igual que Oscar Durán con “Luciano”, una historia que transcurre en la mismísima Toscana italiana para más señas. Y para que no piensen que las mujeres no le ponemos carácter, María José Fraile trae “Las siete verdades de Elena” y con esto de los números también está Cohen Edelweiss con “Siete copas” y recomendaciones con lo que los hombres deberían leer: “El secreto de lo prohibido” de Maribel Pont.
Rafael R. Costa en vista del jaleo armado por los antecesores ya en serio decidió sacar una trilogía y empezó con “La interpretadora de sueños”, que causa pesadillas a los escritores más avezados por no poder llegar a su altura, y Daniel De Cordova se inspiró en la época y lanzó de inmediato “Soldaditos”, en la que puso a dos niños en medio de un tiroteo nazi, cosa que le sirvió a Peter Joseph para escribir con furia “Falsos dioses”, y ya que estaban en eso, Felix Jaime lanzó “El hombre de Grafeneck”, un nazi en todo el sentido de la palabra, y para no dejar la cosa de ese tamaño yo puse a Waldek a desafiar a los nazis con “La búsqueda”. Y como el asunto iba de aventuras llegó Fernando Gamboa y puso a valer a su “Capitán Riley” y se la pasa contando los comentarios que va acumulando (en eso se parece a mí), mientras Carmen Grau se fue de viaje y nos cuenta como hizo para “Amanecer en el Sudeste asiático” y Marlene Moleon escribe una novela situada en la isla de Cuba a la que llama “La isla de los pregones”, porque allá se anuncian muchas cosas que jamás se llevan a cabo hasta que llega Alicia González García y dice: “Y por fin, el silencio”.
También hay escritores que tratan de solapar sus inquietudes existenciales tras una máscara como Roberto López-Herrero con “NormaL”, después de haber escrito algo relacionado con su perro y para que no piensen que existe discriminación de género, de inmediato Manuel Navarro sacó “Una mujer increíble”, contándonos sus intimidades. Y como esto va de psicología María José Moreno nos presentó “La caricia de Tánatos”, que despertó inquietudes a más de uno, pero como Olga Núñez Miret es psiquiatra forense se inspiró y escribió “Una vez Psiquiatra”, para que olviden un poco aquello del hombre que era tan feo que debía ser por algo. Lola Mariné, psicóloga, también puso de su parte con “Nunca Fuimos a Katmandú” que estuvo muchos meses arriba en las listas convenciendo a las chicas de que no era necesario ir para allá hasta que ella como mujer de armas tomar fue a Katmandú y escribió otro libro diciendo todo lo contrario, pero quien fue un poco más arriba es José Vicente Alfaro que se metió de lleno con “La esperanza del Tíbet” y puso a Gengis Kahn a esperar por el elegido. Paloma Caraball no se quedó atrás y publicó “En un templo de Chiang Mai” en una onda más espiritual para bajar la intensidad, seguida por “cuando el sol se derrama” de Pablito Wunderlich, un filosofo a toda prueba.
Los escritores no solo escribimos de experiencias pasadas, también lo hacemos de cosas que están por suceder, es el caso de Ramón Somoza con “Orbitas extrañas” o de Violeta Balián con “El expediente Glasser”. Y si de ficción se trata Jonas Cobos se lleva la palma con su detective Melville Salas ya que lanzó una saga de seis libros al mejor estilo policial, aparte de “Susurros en la oscuridad”, compitiendo con Mercedes Gallego y sus detectives Ramona Cano y Candela Luque. Una muestra de su éxito es “El asesino del ajedrez”. Pero el asunto no queda ahí. FG Labandal se aventuró con “Muertes silenciosas” y puso a su detective en las selvas de Colombia. Entonces Lucas Barrera puso al suyo en las selvas de Brasil en “La suerte de las marionetas” y yendo a algo más terrorífico con ingredientes fantásticos Miguel Ángel Moreno publicó para sus admiradores(as) “La costilla de Caín”, como para quedar sin aliento, y viene Julio García Castillo con “El escritor caníbal” para que estemos seguros de que se puede escribir desde cualquier perspectiva. Y para romper un poco el hielo y desternillarse de risa está Antony Sampayo con sus “Crónicas entrañas” unas anécdotas increíbles que él dice que no son experiencias personales, pero yo creo que sí.
Tenemos escritores como Mois Benarroch quien después de pensarlo mucho esperando “En las puertas del Tánger” sacó a la luz “El ladrón de memorias”, por aquello de “que me agarren confesado”. Tenemos escritores que no le hacen asco a los títulos, es el caso de Mercedes Pinto con su famosa “Maldita”, que inspiró a Heberto Gamero para escribir su serie de “Minibiografías ilegales de escritores malditos”; también tiene las de pintores y escultores. Todos malditos. Pero no solo los adjetivos inspiran. También los retratos. Así tenemos “El retrato de Mary Rose” de Juan de Haro, un escritor de miedo. Y “Retrato de la vida” de Al Tirado, un hombre con mucha experiencia de vida, lo escuché en una entrevista y es una delicia. Mayte Esteban se animó a utilizar “El espejo de la entrada” porque dice que reflejan el mundo más próximo, y Rubén Espino también echa mano a “El espejo” a falta de retratos. También están los cuentistas, entre ellos mi querido Fernando Hidalgo que es tan buena gente que tiene sus cuentos gratis en su blog para quienes deseen descargarlos: “Historias para minutos”.
No puedo dejar de mencionar las novelas de Romance Paranormal, aunque estos vocablos no termine de asimilarlos. Mayte Uceda y sus piedras visionarias en “Los ángeles de la torre”, a Kass Finol y su “Trilogía de la invocación” con unas portadas de infarto y Raquel Sánchez con “Las brasas de una inocente” donde habla de un tanque que abrió un sepulcro. Ya saben que los tanques y misiles me apasionan.
También los escritores que prefieren literatura infantil como Oscar Prieto con su “Lulita la estrella marina” tienen la imaginación disparada, o Mar Andres Thomas con su libro de cocina: “My First Bilingual Book” ambos con muchas imágenes preciosas, o el mundo mágico de Chris Peake y su libro “La sirada” y Mián Ros con su espectacular “NiñoDeNadie”.
No podía dejar fuera a mi querida amiga Joana Pol y su serie de novelas espectaculares de Romance fantástico: Demonios de Formentera, Bellver y Lovengrin entre otras, cuyas imágenes dibujadas por ella son hermosísimas, y en esta línea tolkiana están también las novelas de José Enrique Serrano Expósito, El Borendil o La gran caverna. Por cierto, esto me da entrada para hablar de los poetas. Mi poeta favorito: Frank Spoiler, y el favorito de muchas, estoy segura, con sus “Puntas de lanza al corazón”, y Jorge Isea más conocido en sus predios como PanchoTronera, el poeta de la frontera con sus miles de seguidoras en Twitter a quienes enamora con sus coplas llaneras.
Este precioso grupo de escritores que se da a la tarea de pasar largas horas frente a la pantalla para dar vida a las historias que llegarán a manos de los lectores, forman un conglomerado heterogéneo, cada uno con sus ideas, gustos, tendencias, métodos, y diferencias en la manera de escribir, exponer y ofrecer sus obras. Cada uno de nosotros nos esforzamos por ofrecer lo mejor que tenemos, y la única recompensa que esperamos es ser leídos, pues para eso escribimos.
La mayoría de escritores enumerados son los que suelen intercambiar opiniones aquí o en Twitter con la que escribe, es decir, conmigo, si a alguno he excluido debe ser porque apenas veo por mi muro o por donde acostumbro pasear o no están en mi lista de amigos.
Hasta la próxima, amigos.>>

Gracias Blanca. Es todo un honor compartir literatura, escritura y opiniones con todo ese elenco en el que tu misma estás incluida. 

Un abrazo, mucho éxito a todos y a seguir en este camino.

2 comentarios:

Blanca Miosi dijo...

Gracias a ti Raquel, por difundir el post. ¡No lo había visto hasta hoy!
Besos!
Blanca

Blanca Miosi dijo...

Muchas gracias por haber traído esta larga lista de autores con sus títulos (algunos con más de uno), lo que nos indica la enorme productividad que tienen los escritores, una imaginación que han sabido aprovechar encerrándola en historias preciosas.
¡Un beso, Raquel!