Raquel entrevista a Antonio Jareño en "Al otro lado de la pantalla"

Iba camino de la compra, andando por la acera y al pasar por delante de la iglesia, algo me impulsó a pararme, observar sus puertas abiertas y entrar dentro.

A pesar de ser católica, normalmente no suelo acudir a este tipo de lugares, salvo para realizar alguna investigación por algo que llame mi curiosidad y que tenga que ver con estos edificios, o para algunas celebraciones esporádicas, lo típico, el bautizo de la hija de un amigo, la comunión de algún sobrino, la boda de algún familiar o, por desgracia, para asistir a un funeral.

Creo que esa fuerza que me atrajo a pisar ese suelo bendito, se debía a la lectura del libro de Antonio Jareño, “No todos moriréis”. Sí, sin duda, su obra tuvo la culpa.

Después de su lectura, en la que está implicada la religión, la fe y los milagros, algo me llevó a sentarme en uno de los bancos de aquel lugar santo y rezar a las imágenes que allí se encontraban expuestas a la vista de todo aquel que las visitara.

No sé muy bien que es lo que pretendía conseguir y si algo de lo que pedía se me iba a conceder, pero allí estaba.

Cuando este breve momento pasó, me dirigí al cometido que me había obligado salir a la calle y al regresar a casa, decidí que era hora de hablar con el autor que había causado mis divagaciones, haber si así conseguía con ello calmar esas ansias que habían nacido en mí tan de repente.

¿Acaso pretendía encontrarme en ese lugar con Goran, el padre Alonso o Andrés? ¿Quizás yo misma estaba buscando al Judío Errante?

Sea como fuere, aquí tengo a Antonio, intentemos desvelar algún misterio o realizar algún milagro.

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Raquel: Bienvenido Antonio. Gracias por acudir a la llamada de la sección de Raquel entrevista a… en “Al otro lado de la pantalla con...”.

Antonio: Muchas gracias por tu invitación, Raquel. Efectivamente aquí estoy, “al otro lado de la pantalla”. Los monitores de todo tipo van a terminar jubilando al buzón de toda la vida.

Raquel: Sabemos muy poco de ti, es muy escueta la información que podemos obtener en la red de Antonio Jareño y tanto a mis lectores como a mí, nos gustaría saber ¿quién es Antonio Jareño?

Antonio: A primera vista podemos decir que soy un señor calvo, profesor de Filosofía y padre de familia, más bien soso y conservador en el vestir, y en general de apariencia seria. Ya más de cerca, me gusta el humor, el jazz, el pescaíto frito, los buenos libros y los aparatos electrónicos. No me gustan los fanatismos, la impuntualidad, ni los macarrones. Aunque si me volvieran a hacer esta misma pregunta, seguramente contestaría cosas diferentes. Hay muchos Antonios, dependiendo del día y las circunstancias.

Raquel: Antes de convertirte en escritor sabemos que fuiste profesor, y aunque no tenga nada que ver con la literatura, ¿crees que el nivel educativo de hoy en día ha cambiado tanto como se comenta?

Antonio: A mi modo de ver, la sociedad ha cambiado tanto en los últimos años que al sistema educativo le ha pillado todo un poco con el paso cambiado. ¿Para qué aprender cosas si la información está toda en Internet, accesible a cualquiera? ¿Cómo puede un alumno que tiene a su disposición tantas formas de entretenimiento aguantar horas y horas sentado en un pupitre oyendo hablar a un profesor? ¿Por qué el sistema educativo transmite unas cosas y luego el mercado de trabajo exige otras?

La verdad es que es un tema que da para muchas horas de debate. Los tiempos están cambiando muy deprisa, pero los sistemas educativos siguen dependiendo de legislaciones, materiales, personal, contenidos, métodos, etc. etc. que evolucionan bastante más despacio.

Raquel: Según hemos leído en tu breve biografía también hiciste tus pinitos en el mundo de la informática, ¿por qué ese cambio tan drástico del profesorado al tecnológico?

Antonio: Lo de la informática fue un trabajo a tiempo parcial, al terminar mi jornada laboral en el colegio. Además de servirme para completar el sueldo, la verdad es que aprendí mucho durante aquellos años. Los ordenadores siempre me han llamado la atención, pero dedicarme de forma profesional al diseño de páginas web fue una experiencia enriquecedora.

Raquel: Ambas profesiones ¿influyeron en la idea de dedicarte al mundo literario?

Antonio: Supongo que sí, de alguna manera. Por un lado, enseñar tiene que ver mucho con explicar y hacer interesantes para tus alumnos los contenidos de tu materia, mientras que la informática abre un mundo de posibilidades a la hora de contar historias. Por eso el mundo digital está muy presente en mi primera novela.

Raquel: Supongo que esta pregunta ya te la habrán realizado muchas veces pero, ¿cuándo nació esa necesidad de transformar tus ideas en palabras y plasmarlas en un papel?

Antonio: Más que necesidad, yo hablaría de reto. Algunas de las cosas que he hecho en mi vida han respondido a la pregunta “¿Y por qué no?” Así que, como a mí me ha gustado siempre mucho leer, pensé que yo también podía dedicarme a escribir historia.

Raquel: La familia es un pilar importante en nuestras vidas, ¿qué te dijeron ellos cuando les comunicaste que ibas a lanzarte al mundo literario?

Antonio: A todos les ha parecido fenomenal, aunque es cierto que no sabían todavía el aislamiento y las dificultades que conlleva el dedicarse a escribir. La verdad es que escribir, como estudiar, es algo que parece fácil y que cualquiera puede hacer, hasta que uno se pone manos a la obra. A pesar de ello, mi mujer ha sido mi mayor apoyo en todo el proceso de escritura.

Raquel: Al hilo de mi anterior cuestión, ¿cuál fue el primer escrito que sacaste al público?

Antonio: Fue el cuento “El regalo”, publicado a raíz de ganar un premio regional para profesores.

Raquel: ¿Tuvo buena acogida esa primera obra?

Antonio: Se trataba de una historia emotiva sobre un anciano ruso que busca sus raíces en España. Al estar publicada a medias entre la Consejería de Educación y una editorial, la mitad de los ejemplares se repartieron entre los centros de enseñanza, y la otra mitad se convirtieron en el regalo de la editorial a sus clientes y proveedores. Así que el éxito fue total, jejeje.

Raquel: Después de que algunos de tus relatos fueran premiados ¿Por qué decidiste dejarlos de lado y pasar a escribir una novela?

Antonio: Fundamentalmente la idea me la dio un comentario en Facebook que decía: “Aquí, todo el mundo vende algo”. Y como tenía muchos amigos escritores, pensé que escribir una novela sería como dar un paso cualitativo, desde el relato corto destinado a un concurso.

Raquel: Ahora hablemos de No todos moriréis, ¿cuándo comenzaste a escribirla?

Antonio: La idea llevaba varios meses dándome vueltas en la cabeza. Creo que fue en 2010 cuando empecé a buscar documentación y a bosquejar los hilos de la trama.

Raquel: ¿Qué te llevó a escribir sobre la medicina, la fe, crímenes y ambiciones políticas, leyendas centenarias y las obsesiones personales de los personajes que forman tu obra?

Antonio: A partir de la idea original (las personas resucitadas por Jesucristo no han vuelto a morir), la investigación fue dándome datos y pistas para construir un argumento que tuviera de fondo la obsesión por la inmortalidad. Todos tenemos fecha de caducidad, y sin embargo prolongar al máximo la juventud y la salud se han convertido en aspiraciones universales. No queremos morirnos, y sin embargo es lo más seguro que tenemos.

Raquel: Algún personaje de tu novela, ¿se basa en una persona real?

Antonio: Existen dos: el padre Alonso, basado en un cura que existe realmente, y Mario Nohales, el informático, que en este caso, además, aparece con su nombre real.

Raquel:¿Cuales fueron los motivos que causaron que pusieras en venta tu libro de forma electrónica y no en papel?

Antonio: Sobre todo la facilidad y la inmediatez que proporciona el formato electrónico, a la vez que el control sobre todo el proceso.

Raquel: Haznos un resumen de la trayectoria de No todos moriréis en el mercado.

Antonio: Al terminar de escribir la novela, la envié a una agencia literaria. Les gustó y aceptaron representarme. Pero según iba pasando el tiempo y no aparecía la editorial que quisiera darle una oportunidad, decidí hacerme cargo de su publicación en digital. Eso me ha permitido vivir de forma muy directa e inmediata el proceso completo de publicación: redacción, edición, publicidad, etc. a la vez que me permitía una interacción más cercana con los lectores. Cualquiera puede leer sus comentarios en Amazon, y hacerse con la novela por tan solo 0,89 euros. El riesgo del lector ante lo desconocido es mucho menor.

Raquel: De todas las opiniones que ha recibido No todos moriréis ¿cuál es la que más te ha gustado, a la que guardas más cariño o destacas por encima de todas y por qué?

Antonio: Aunque para mí todas las opiniones de los lectores son igual de apreciadas (en cuanto que corresponden a personas que se han tomado el tiempo para leer mi libro), es cierto que tengo un especial cariño a lo que me escribieron Bea Magaña, Les Quintero y Blanca Miosi, las personas que leyeron la novela cuando todavía estaba en el horno y que me aportaron valiosísimas críticas y correcciones. También, una vez que estuvo publicado, me hicieron mucha ilusión las recensiones de Marlene Moleon, para “Eriginal Books”, y Mónica Jurado Sáenz, en “Desde Nueva York, crónicas literarias”. Ambas fueron las primeras que aparecieron en Internet, y me llenaron de una alegría especial.

Raquel: Siendo el autor, ¿cuáles son los puntos que destacarías de tu obra para que en cuanto termine, si fuese uno de los lectores que está leyendo esta entrevista, fuera sin perder ni un minuto a comprar tu novela?

Antonio: Si he de hacer caso a las opiniones de los lectores, yo creo que los puntos fuertes de la novela se podían resumir en dos: originalidad y entretenimiento. Aunque tema central es la búsqueda de la clave de la inmortalidad,

Raquel: ¿Tienes algún libro más publicado?

Antonio: De momento, no.

Raquel: ¿Existen proyectos futuros?

Antonio: Actualmente estoy trabajando en otra novela, con un argumento en el que se mezclan el espionaje, la criptografía y la ecología. En cuanto un tema empieza a rondarme la cabeza, suelo pasar mucho tiempo documentándome y explorando todas las posibilidades de la trama.

Raquel: ¿Cuándo volveremos a ver una nueva obra de Antonio Jareño?

Antonio: Soy un poco lento al escribir, pero espero que la próxima novela esté terminada antes de terminar el curso.

Raquel: Sabemos que perteneces a la denominada Generación Kindle y al grupo de Escritores Indies, ¿qué es para ti esta generación y ese grupo de escritores?

Antonio: Para mí son, sobre todo, amigos a los que he conocido en las redes sociales y de los que he aprendido mucho en el terreno de la publicación digital. De ellos no he recibido más que ayudas desinteresadas y consejos útiles, así que para mí son un referente.

Raquel: ¿Qué consejos les darías a aquellos que, como tu, quieren lanzarse a escribir y no saben por donde empezar?

Antonio: Aunque creo que yo no soy el más indicado para dar consejos sobre escritura, para mí es importante dejar reposar el texto y releerlo como si fuera ajeno. Yo creo que uno de los errores más frecuentes de los escritores es que estamos demasiado cercanos a nuestra obra, hemos puesto demasiado en ella. Y si no es posible poner esa distancia entre el autor y su libro, tener algún amigo lector que esté dispuesto a ser implacable con lo que lee. Los halagos son muy buenos para el ego del escritor, pero muy malos para lo que escribe. Un lector sincero es algo impagable.

Raquel: Para terminar, me gustaría darte las gracias por dedicarnos este tiempo y brindarte este espacio por si quieres decirles algo a nuestros lectores o al blog.

Antonio: En primer lugar, darte las gracias a ti y a tu blog por esta oportunidad de dirigirme a tus lectores. Y, ya que estamos, invitarlos a que pasen unos ratos entretenidos leyendo “No todos moriréis”. Un abrazo.

Lee la reseña de No todos moriréis realizada por Raquel Sánchez.